El miércoles 20 de mayo, a las 19, se inauguró en el Centro Cultural Borges la muestra Vol de nuit, del conocido artista plástico Carlos Regazzoni, quien expondrá una serie de aviones que realizó en París y Argentina como homenaje a Antoine de Saint – Exupéry y a otros pioneros de la aviación.
La exposición está integrada por máquinas voladoras que el artista construyó, como es habitual en su obra, con materiales de desechos. Con piezas de maquinarias, cortinas metálicas, trozos de chapa, caños y otros elementos Regazzoni da forma a su original y celebrada concepción artística. Nacido en Comodoro Rivadavia en 1945, Carlos Regazzoni tuvo un paso fugaz por la escuela superior de Bellas Artes de Buenos Aires pero, en realidad, es un artista autodidacta.
Comenzó retratando en tinta, acuarela y tempera a paisanos y domadores en la zona sur del conurbano bonaerense. La originalidad y energía de su obra lo llevó a desarrollar una carrera meteórica en el ámbito nacional e internacional. En Retiro instaló un enorme atelier, probablemente el más grande de Sudamérica, y en Francia comenzó con un espacio en la estación de cargas de la Gard du Nord y hoy está instalado en un imponente castillo barroco en Fontain Française. Su obra prolífica cuenta más de cuatro mil acrílicos de gran formato, más de tres mil esculturas, muchas de ellas de gran tamaño, y un sinnúmero de sus famosas “tintas”, donde la síntesis del trazo firme y rápido ha retratado animales, personas, y paisajes.
Regazzoni ha sido premiado por el Salón Nacional, por diversas asociaciones nacionales y extranjeras y ha tenido a lo largo de su carrera algunos honores singulares: fue el único artista invitado a exponer (tres aviones de tamaño natural) en la Rue de Champs Eliseé con motivo del centenario del aeroclub francés, un film de su obra fue premiado en la bienal de Vandôme, y el principado de Mónaco distinguió dos de sus pinturas.
En la Patagonia emplazó dos dinosaurios de dimensiones colosales con el auspicio de la empresa petrolera francesa TOTAL y tanto Francia como Argentina han declarado en reiteradas oportunidades su obra de interés cultural. Actualmente trabaja en el emplazamiento de un Quijote de más de cinco metros de altura en Azul, Provincia de Buenos Aires, y de la realización de una mega-escultura en los restos de una plataforma de exploración de petróleo en el Mar del Norte, frente a Escocia.
“La Aeropostal Francesa junto con su brazo, la Aeropostal Argentina, fueron privilegiadas con la presencia y acción de muchos grandes –escribe Regazzoni a propósito de esta muestra-. Entre otros héroes de aquellos tiempos, encontramos a Antoine de Saint- Exupéry, Jean Mermoz, Henri Guillaumet y nuestro riojano Vicente Almandos Almonacid. Ellos pelearon como cóndores acechados por los vientos patagónicos; para así, abrir paso y crear la más maravillosa epopeya, la volación”.
“Hoy, luego de años trabajando sobre la volación, tengo la oportunidad de darme el gran gusto de exponer, aquí, en el Centro Cultural Borges, una cantidad de aviones que fabriqué en los últimos años en Paris y Argentina, para rendir así, mi homenaje a Antoine de Saint - Exupéry y a todos los aviadores que murieron en servicio y nos dieron un ejemplo imposible de emular.”
La muestra permanecerá hasta el 30 de junio.
La exposición está integrada por máquinas voladoras que el artista construyó, como es habitual en su obra, con materiales de desechos. Con piezas de maquinarias, cortinas metálicas, trozos de chapa, caños y otros elementos Regazzoni da forma a su original y celebrada concepción artística. Nacido en Comodoro Rivadavia en 1945, Carlos Regazzoni tuvo un paso fugaz por la escuela superior de Bellas Artes de Buenos Aires pero, en realidad, es un artista autodidacta.
Comenzó retratando en tinta, acuarela y tempera a paisanos y domadores en la zona sur del conurbano bonaerense. La originalidad y energía de su obra lo llevó a desarrollar una carrera meteórica en el ámbito nacional e internacional. En Retiro instaló un enorme atelier, probablemente el más grande de Sudamérica, y en Francia comenzó con un espacio en la estación de cargas de la Gard du Nord y hoy está instalado en un imponente castillo barroco en Fontain Française. Su obra prolífica cuenta más de cuatro mil acrílicos de gran formato, más de tres mil esculturas, muchas de ellas de gran tamaño, y un sinnúmero de sus famosas “tintas”, donde la síntesis del trazo firme y rápido ha retratado animales, personas, y paisajes.
Regazzoni ha sido premiado por el Salón Nacional, por diversas asociaciones nacionales y extranjeras y ha tenido a lo largo de su carrera algunos honores singulares: fue el único artista invitado a exponer (tres aviones de tamaño natural) en la Rue de Champs Eliseé con motivo del centenario del aeroclub francés, un film de su obra fue premiado en la bienal de Vandôme, y el principado de Mónaco distinguió dos de sus pinturas.
En la Patagonia emplazó dos dinosaurios de dimensiones colosales con el auspicio de la empresa petrolera francesa TOTAL y tanto Francia como Argentina han declarado en reiteradas oportunidades su obra de interés cultural. Actualmente trabaja en el emplazamiento de un Quijote de más de cinco metros de altura en Azul, Provincia de Buenos Aires, y de la realización de una mega-escultura en los restos de una plataforma de exploración de petróleo en el Mar del Norte, frente a Escocia.
“La Aeropostal Francesa junto con su brazo, la Aeropostal Argentina, fueron privilegiadas con la presencia y acción de muchos grandes –escribe Regazzoni a propósito de esta muestra-. Entre otros héroes de aquellos tiempos, encontramos a Antoine de Saint- Exupéry, Jean Mermoz, Henri Guillaumet y nuestro riojano Vicente Almandos Almonacid. Ellos pelearon como cóndores acechados por los vientos patagónicos; para así, abrir paso y crear la más maravillosa epopeya, la volación”.
“Hoy, luego de años trabajando sobre la volación, tengo la oportunidad de darme el gran gusto de exponer, aquí, en el Centro Cultural Borges, una cantidad de aviones que fabriqué en los últimos años en Paris y Argentina, para rendir así, mi homenaje a Antoine de Saint - Exupéry y a todos los aviadores que murieron en servicio y nos dieron un ejemplo imposible de emular.”
La muestra permanecerá hasta el 30 de junio.
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