A la izquierda de Freud
Wilhelm Reich, Vera Schmidt, Otto Fenichel, Sigfried Bernfeld, Erich Fromm, Herbert Marcuse, Enrique Pichon Riviére, José Bleger, Marie Langer, León Rozitchner
Compilador Alejandro Vainer
Escriben: Enrique Guinsberg, Enrique Carpintero, Fernando Fabris, Mabel Inés Falcón, Raúl Páramo Ortega, Ángel Rodríguez Kauth, Juan Carlos Volnovich, Silvia Werthein y Vicente Zito Lema
Estamos a casi 100 años de los primeros intentos de entrecruzamiento de psicoanálisis y marxismo. A lo largo de casi un siglo una serie de autores produjeron ideas que hoy quedaron abandonadas por considerarlas fallidas…Ante esta situación, hace años he comenzado a preguntarme por qué esos autores se han vuelto prácticamente desconocidos. No se enseñan sus obras y menos se los discute en el campo del psicoanálisis ni del marxismo.¿Por qué recuperar hoy estos intentos de cruce entre psicoanálisis y marxismo?Nos encontramos en tiempos posmodernos con versiones estructuralistas y posestructuralistas del psicoanálisis y del marxismo, donde quedaron depurados ciertos elementos “negativos” tales como el colesterol malo que significan el sujeto histórico, el humanismo, la transformación social y la revolución. Parecería que somos efectos de estructuras ahistóricas que nos trascienden. La versión hegemónica y posmoderna del psicoanálisis lo ha transformado en una cosmovisión. Sostiene que, en última instancia, toda nuestra subjetividad depende de una estructura del deseo inconsciente…Rescatar estos cruces entre psicoanálisis y marxismo nos permite rescatar la posibilidad de la lucha emancipadora, además de sostener la complejidad de nuestra propia subjetividad.La subjetividad, tal como la entendemos, precisa de diferentes campos del saber para poder dar cuenta de su complejidad y plantearse un proceso de transformación individual, familiar y social. Únicamente el reduccionismo lleva a considerar que la subjetividad puede ser abordada desde una sola perspectiva, o bien con la coartada que implica considerar múltiples perspectivas sin relación alguna entre sí. Todas válidas, en un intento posmoderno de suponer que cada una puede tener algo de verdad.Para poder avanzar es preciso el entrañable trabajo de la herencia. Heredar implica hacer el trabajo crítico para seleccionar con qué nos quedamos y qué dejamos. La presentación de los autores y sus ideas que contienen este libro permitirá que el lector pueda visualizar en qué contexto surgieron, qué aspectos de Freud y Marx tomaron, con qué intenciones y algunos de sus resultados. El desafío es poder recorrerlos, estimular la curiosidad del lector a ampliar las ideas yendo a las fuentes primarias, debatir su intento de articulación entre el aparato psíquico y el aparato cultural. En síntesis, el trabajo de apropiarse de esta herencia.El objetivo es que cada lector haga su propio camino en la recuperación de estos entrecruzamientos. Atravesará vidas y obras apasionadas, que nunca están disociadas. Esperamos lo motive a avanzar en sus propios aportes para una praxis de transformación individual y social. Y así transitar a la izquierda de Freud De la introducción de Alejandro Vainer
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