Teatro: Gurka, de Vicente Zito Lema
Se reestrenó Gurka. Un frío corre como el agua. Seco. La obra teatral que Vicente Zito Lema escribió a partir de las entrevistas que tuvo con Miguelito Boer, un ex soldado de Malvinas internado en el neuropsiquiátrico José T: Borda.
Zito Lema ha logrado a través de su compromiso personal, –inclusive corporal, e ideológico un testimonio monumental. Por otra parte el trabajo del actor –se trata de un unipersonal- no le va en zaga.
La obra que ya había sido representada en varias ocasiones alcanza en esta ocasión un cénit dramático. El actor poseedor de un físico privilegiado logra encarnar perfectamente la problemática del enfermo mental que paradójicamente no pasa solamente por la mente, sino y principalmente por el cuerpo. De allí que Darío Torrenti logra recrear tanto la rigidez del psicótico, como determinados movimientos que sólo pueden ser entendidos como provenientes de un corps morcelé, un cuerpo fragmentado que no puede unificarse por las carencias propias de su historia.
También es elogiable el entrenamiento y la preparación de la voz de Torrenti ya que a través de ella van resonado diversos personajes, se trata de la forma cómo el psicótico incorpora a los otros. Resulta apoteósico el momento donde la voz del loco reedita el diálogo que tienen dos pilotos a bordo de sus aviones y cómo esa voz muta a la voz de una criatura que pide socorro y cómo esa voz muta y muta. De esta forma Torrenti consigue dar vida al enfermo mental cuyo terrible padecimiento es ser una caja de resonancia de todos los males de la humanidad.
La dirección del actor con la colaboración de Pablo Avendaño y Ana López logra una puesta en escena impactante con un ajustado trabajo de las luces: cuando las escenas alcanzan un pico de tensión, la luz se apaga y es como si pudiéramos pestañar. Al cerrar durante unos segundos los ojos el espectador consigue paliar la angustia que le genera el testimonio al que asiste. Este es el gran mérito del espectáculo: un testimonio de lo que nos toca vivir.
Comentario Héctor Becerra
La obra se va estar representando en
Centro Cultural Plaza Defensa
Defensa 535, barrio de San Telmo
todos los sábados de noviembre
a las 20,00hs.
Precio de la entrada: a la gorra
Zito Lema ha logrado a través de su compromiso personal, –inclusive corporal, e ideológico un testimonio monumental. Por otra parte el trabajo del actor –se trata de un unipersonal- no le va en zaga.
La obra que ya había sido representada en varias ocasiones alcanza en esta ocasión un cénit dramático. El actor poseedor de un físico privilegiado logra encarnar perfectamente la problemática del enfermo mental que paradójicamente no pasa solamente por la mente, sino y principalmente por el cuerpo. De allí que Darío Torrenti logra recrear tanto la rigidez del psicótico, como determinados movimientos que sólo pueden ser entendidos como provenientes de un corps morcelé, un cuerpo fragmentado que no puede unificarse por las carencias propias de su historia.
También es elogiable el entrenamiento y la preparación de la voz de Torrenti ya que a través de ella van resonado diversos personajes, se trata de la forma cómo el psicótico incorpora a los otros. Resulta apoteósico el momento donde la voz del loco reedita el diálogo que tienen dos pilotos a bordo de sus aviones y cómo esa voz muta a la voz de una criatura que pide socorro y cómo esa voz muta y muta. De esta forma Torrenti consigue dar vida al enfermo mental cuyo terrible padecimiento es ser una caja de resonancia de todos los males de la humanidad.
La dirección del actor con la colaboración de Pablo Avendaño y Ana López logra una puesta en escena impactante con un ajustado trabajo de las luces: cuando las escenas alcanzan un pico de tensión, la luz se apaga y es como si pudiéramos pestañar. Al cerrar durante unos segundos los ojos el espectador consigue paliar la angustia que le genera el testimonio al que asiste. Este es el gran mérito del espectáculo: un testimonio de lo que nos toca vivir.
Comentario Héctor Becerra
La obra se va estar representando en
Centro Cultural Plaza Defensa
Defensa 535, barrio de San Telmo
todos los sábados de noviembre
a las 20,00hs.
Precio de la entrada: a la gorra
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